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| Macaulay Culkin y Anna Chlumsky. |
Hay algo irrecuperable en el cine de los 90, incluso en películas tan discretas como My Girl. Una inocencia generalizada y un pulso increíble a la hora de convertir a los niños en protagonistas. La historia que cuenta el filme, protagonizado por Anna Chlumsky, no es fácil de digerir: el personaje de la actriz de Veep tiene un bagaje complicado a sus espaldas y probablemente nos caería mal en la vida real. Sin embargo, todo lo que cuenta My Girl en clave de dramedia ligera se disfruta. Es más, cuando se vuelve cruel en la recta final y acaba destrozándonos emocionalmente sin ningún disimulo, la sensación general sigue siendo positiva. Dentro de su simpleza y a pesar de sus tópicos, la de Howard Zeiff es una película que deja huella.
